Caricaturas, política y protesta social en tiempos de modernización en Colombia
La historia de la caricatura política en los medios escritos modernos ha proporcionado elementos claves para entender los fenómenos sociales y se ha convertido en un género gráfico capaz de tocar el poder con sus armas letales: el humor, la ironía y la crítica. Este humor tiene el poder de poner en el foco de la opinión pública un debate que intentaba mantenerse en la oscuridad y el anonimato. La caricatura como expresión de comunicación política tiene la capacidad de poner sobre la mesa temas controversiales, polémicos, críticos e intocables para ciertos grupos de personas.
Por otra parte, la caricatura política crea grados de acidez con el poder, interpelándolo y renombrándolo con una atractiva mezcla de imágenes y textos. La agudeza de dichas expresiones gráficas hace que el poder dominante se sienta acorralado, precisamente porque dicho poder está acostumbrado a que lo adulen y lo acepten. Para nuestra perspectiva de análisis, la caricatura toca, critica, desacraliza al poder y logra ponerlo al mismo nivel de la gran mayoría de los lectores.
Los años veinte fueron el escenario en el cual el artista Ricardo Rendón se convirtió en un fenómeno de la caricatura en el país. Era contemporáneo de Floro Piedrahita y muy probablemente se cruzaron en la pequeña ciudad de setenta mil habitantes en 1912. Establecido definitivamente en Bogotá, Rendón empezó a caricaturizar, es decir, a pensar con ironía y crítica velada de humor la vida política y sus nuevos actores sociales: los socialistas, los obreros, los huelguistas y los luchadores por los derechos laborales que las relaciones de trabajo capitalistas se negaban a ofrecer.
Rafael Esteban Mejía Espinosa
Adolfo León Maya Salazar
Juan Camilo Escobar Villegas
- Escuche la voz de los autores y la conversación: Autores: Rafael Esteban Mejía Espinosa - Adolfo León Maya Salazar - Juan Camilo Escobar Villegas